UN ORO Y DOS PLATAS
SEGUNDO CAPÍTULO
No sé si os acordaréis… Hace un año era la primera vez que viajábamos en tren mi hermano y yo, también que lo hacíamos con el sensei y que participábamos en un Campeonato de España… Todo comenzó de nuevo el viernes a las 17’ 30 h. habíamos quedado con sensei en el club y mamá nos llevó al tren. Todavía no me explico por qué tuvimos que pasar toda la maleta y la nintendo por la máquina de infrarrojos, la verdad es que no me hace gracia que nadie pueda ver mi ropa interior en una pantalla y el mero hecho de pensar que la swich no saliera por el otro lado del túnel, me daba pavor, pero como lo mandan las normas pues no tuve más remedio que hacerlo. Me quedé tranquilo cuando todo salió igualito que yo lo había dejado. Bajamos por las escaleras mecánicas y nos fuimos hasta el final del andén porque allí nos dijeron que caería nuestro vagón. Por el camino, Javier amenazó a mi hermano de que iba a ir enganchado al último vagón, ja!!!!! Me hubiera gustado ver a Sergio correr detrás del AVE. Bueno pensándolo, mejor no.
-A mí precisamente no me hizo mucha gracia, de hecho no sabía si me lo decía en broma o no. Llegué a dudar si al final mi viaje sería persiguiendo a tren o dentro de él, no me fío de Javier.
Pues bueno, como os decía subimos al tren y Javier nos dio permiso para jugar a la consola, sólo durante el viaje. Recuerdo que un señor muy amable nos dio sus cascos y pudimos jugar sin molestar a la gente. Cuando más emociónate estaba la partida… Llegada a Atocha… -Vamos Jorge que estamos en Atocha. Hay que recoger las maletas y la consola, -dijo Sergio. La verdad es que el sensei, no paraba de decirnos: -cinta roja es de… cinta verde es de…
Nos subimos al lugar donde habíamos quedado con la responsable de la ONCE que nos tenía que recoger con la furgoneta. El sitio de quedada era curioso, donde las cabezas gigantes. Ja, ja, ja, ja, y tan gigantes!!!!!!!!!!Vaya cabezones!!!!!!Abultaban más que los tres juntos. Nos recogió María en medio de un tráfico y un calor… Inaguantables. Odio las ciudades grandes.
Después de cerca de tres cuartos de hora, llegamos al CRE, un centro de la ONCE donde habíamos estado hace exactamente 14 días y que fue nuestra residencia del año pasado. Al bajar de la furgoneta, estaba el campeón, Sergio Ibáñez que también acababa de llegar, éste de más lejos, nada más y nada menos que de Tel Aviv.
-Hala Chaval, desde tan lejos!!!!!!
-Desde tan lejos, Sergio.
No nos dio tiempo a subir a la habitación porque esta vez sí nos dijeron que ya podíamos pasar a cenar.
-Uuuummm, por fin, comida calentita y no bocata.
Pero justo a lo que íbamos a cenar nos dijeron que teníamos que pasar a pesarnos. Primero se pesaron los mayores. Alguno pesaba casi 100 kg!!!!!!
Sergio comentó: – Jo chaval, si nos cae encima nos aplasta.
Yo pesé… Bueno mejor no lo digo que eso son cosas privadas. Y mi hermano pesó…
– Oye Jorge, que no lo digas que tú no tienes que decir nada.
– Tienes razón, Sergio. Treinta y tantos kilos. Ja, ja, ja, ja.
La cena no estuvo mal, comimos salchichas, fajitas, croquetas… Y también hicimos un solitario de sobres de kétchup, mayonesa y mostaza, ja, ja, ja, somos unos cracs. Y de allí a la cama.
-Jorge, el sensei ha dicho que nos lavemos los dientes y a la cama- dijo Sergio.
-No seas aguafiestas, Sergio. Todo con calma.
-Ja, ja, ja, qué tarde tan divertida hemos pasado Jorge!!!!!
-Te acuerdas, Sergio de…
-Uy, el sensei.
-Chicos a dormir que mañana hay que competir. Por cierto me dais las swich? No os van a hacer falta para la noche.
-Vaya, a Javier no se le escapa ninguna, -dijo Sergio.
-El sensei tiene razón, Sergio. Debemos descansar para mañana estar frescos para el campeonato.
-Eres un pelota, Jorge.
-Por cierto, Javier, a qué hora hay que levantarse?
– A las 7, 30 h.
-Qué dices, eso es prontísimo.
-No, a las 8 h. hay que estar desayunando.
– Para qué tan pronto?
– Para que nos dé tiempo a asearnos, vestirnos y desayunar tranquilos.
– Vaaaaaale.
El sábado era el día del campeonato. Javier pasó a despertarnos, pero con mi súper alarma de mi súper reloj, ya había comenzado a desperezarme, nos lavamos la cara, vestimos, plegamos bien nuestros pijamas y nos bajamos todos juntos a desayunar. Nos aguardaba un maravilloso desayuno de churros y leche, pero sin lactosa para mí, que luego me duele la tripa.
-A mí no me ocurre nada con la leche pero me tomaré zumo.
Acabamos nuestro desayuno, devolvimos las llaves y al autobús. Durante el trayecto a Villaviciosa de Odón sólo se oía la música del autobús y al Tom Tom indicando las direcciones a seguir por el chófer.
– Yo creo que la gente está concentrada-dijo Sergio.
-Pues yo creo que se están durmiendo- dijo Jorge.
Al llegar al pabellón nuestros padres nos estaban esperando y también los del campeón. Mamá nos proporcionó una botella de agua, cuando Javier dijo: -Chicos a cambiarse.
Nos metimos en uno de esos vestuarios que dan al tatami. Mientras nos cambiábamos unos señores vestidos con unos trajes muy raros y unos sables pasaron al vestuario. Me quedé pensativo, pensando qué rayos hacía esa gente ahí si había un campeonato de judo. Y aún me lo pregunto…
El sensei nos hizo entrar el tatami y allí nos explicó lo que íbamos a hacer, que confiaba en nosotros y… bla, bla, bla, bla… Ya sabéis cómo se enrolla Javier. Comenzamos estirando, luego hicimos volteretas, giros, caídas… y entonces empezó lo que el sensei llama la rutina del calentamiento. Círculos, desplazamientos, uchikomis, nage komis, combinaciones, fabricar judo… Bufff, una hora de calentamiento que fue una auténtica clase. Sudábamos como pollos y comenzó la competición. Javier se sentaba en la silla mientras competíamos y esta vez sí que le escuchábamos y atendíamos nuestros consejos. A Sergio le tocó un rival muy fuerte en la final, pero esta vez lo dio todo no se vino abajo y peló y peleó.
-Javier, hoy estás contento- dijo Sergio.
-Mucho, Crespus, mucho. Esa es la actitud que quiero de ti,-contestó Javier.
Inmediatamente me llamaron a mí e hice exactamente lo que el sensei me había indicado: mucho desplazamiento, combinaciones y cuidado con los o soto garis. En un fallo de mi rival, aproveché y waza ari, caímos al suelo, pero se me escapó. Luego supe mantener la ventaja. Pero aún me quedaba la final. El sensei, me estuvo corrigiendo la contra de o soto gari, sobre todo la posición del cuerpo y desplazamiento atrás de la pierna de apoyo, me decía y en un combate muy, pero que muy largo en el último segundo, zas, hice eso mismo y waza ari. Ya no hubo tiempo para más. Había ganado. Increíble, era primero y Crespus, como dice Javier, segundo.
Pero quedaba Sergio el mayor. Madre mía qué tíos más bestias. Jo, qué pedazo combate se pegaron.
-Están enfadados? –preguntaba Sergio. Están enfadados, seguro-reafirmaba.
-Yo con estos no me meto, madre mía qué bestias.
Hicieron tres combates a cada cual más intenso y al final ganó el otro, pero no sé exactamente por qué, porque el único que tiró fue nuestro Sergio. La verdad es que no me quedó muy claro. Dicen que le dieron tres shidos, estuvieron discutiendo con los árbitros, todo el mundo salió muy enfadado…
-Yo por si acaso no me acerco mucho, ji, ji, ji- dijo Crespus.
Inmediatamente avisaron por la megafonía que se procedía a la entrega de medallas. Sergio subió al segundo escalón del pódium. Se le veía muy contento con su trofeo.
-Este trofeo es de verdad, Javier a que sí que lo he hecho bien- repetía Sergio.
Luego me llamaron a mí. Y campeón… Jorge Crespo de Aragón. Qué bien sonó, la verdad es que me motivé al verme en lo más arriba y rápidamente Javier me dio un aviso. Volví a emocionarme y me dio el segundo aviso. En éste ya entendí perfectamente el mensaje. Y luego campeón Ibáñez, pero que realmente fue subcampeón, no sé una cosa muy rara.
Al acabar la ceremonia, foto de todos juntos, foto con Javier, foto con campeón,…fotos y más fotos…
-Cuándo nos vamos, Javier? A ver si se nos va a escapar el bus a la estación- dijo Sergio.
-Tranquilos que vamos bien- contestó Javier.
El viaje de vuelta fue más animado. La gente hablando, nosotros la música más alta, y… Llegamos a Atocha.
Javier nos había prometido llevarnos a ese sitio que él conoce pero que nunca encuentra a la primera, donde hacen unas croquetitas de jamón… BUENÍSIMAS. Después de dar la vuelta a la manzana buscando el sitio lo encontramos y pedimos 12 croquetas, 9 de jamón y 3 de bacalao, que estaban RIQUÍSIMAS!!!!!!! Luego Javier pidió una tortilla de patata para los tres, mira que le digo que a mí la tortilla de patata como que no, pues toma, tortilla y encima mediana.
-Pues está riquísima, dijo Sergio.
Pues muy bien, pero a mí no me gusta, -contesté.
Javier resolvió la discusión, tortilla y no hay negociación. LA verdad que he de reconocer que estaba rica.
Al acabar estábamos llenos y mi hermano se puso nervioso, con que si vamos al tren, que lo perderemos, que sale a las 15h, y son las 14h. La verdad es que se puso un poco pesadito, menos mal que Javier no le hizo mucho caso.
Subimos al embarque buscando un no sé qué de helado que quería Javier… Se compró su tradicional revista de autodefinidos e invitó a mi hermano a smints. Qué morrro!!! El que iba a invitar. Será tacaño…
Nos sentamos en la zona de espera y Javier, por fin, nos dejó sacar la swich. Al poco rato, anunciaron el tren y nos bajamos al andén. Subimos a nuestro vagón y vino la gran viciada de vuelta. Javier, nos pidió bajar el volumen y es que en cuanto nos viciamos nos subimos de volumen. Ja, ja, ja.
Sergio es el que más chilla.
-Eso no es cierto, Jorge, tú sí que chillas-dijo Sergio.
Bueno, bueno, cambiemos de tema.
De repente le tren paró. Sergio dijo:-venga que hay que bajar.
Javier contestó:- que no Sergio que es Calatayud.
-Ah, qué bien eso quiere decir que tenemos más rato para seguir jugando-respondió Sergio.
La segunda parada llegó muy rápida y ahora sí que nos tocaba. De nuevo Javier como en la ida, con su incansable cinta roja!!!!!!!!!!, cinta verde!!!!!!!!!!!!!!!!
Descendimos del tren, subimos las escaleras y allí estaban nuestros papis, que nos recibieron como a los campeones, con brazos y achuchones. Nosotros estábamos muy contentos, pero… Eso quería decir que el campeonato, la experiencia del viaje, las croquetitas, el tren, la swich…había llegado a su fin. Nos quedamos un poco chafados. Bueno realmente estábamos cansados, o eso decía Sergio.
Acercamos a Javier al club y…nos despedimos de nuestro sensei con un gran abrazo. Qué gozada!!!!! De nuevo un Campeonato de España!!!!! Qué experiencia!!!!!
De nuevo un capítulo nuevo en esta historia que se inició el año pasado y que ya lleva por su segunda entrega. Esperamos que al año que viene podamos repetir.
-Pero esta vez contaré yo la historia, Jorge, dijo Sergio.
No, mejor yo, Sergio-le contesté.
-Bueno, será lo que yo quiera que para eso soy el que escribo, ja, ja, ja, ja, ja.
Por cierto, el próximo día llevare mi trofeo a la vitrina del club, para que luzca al lado de las medallas del año pasado.
-Jorge, quieres callar ya!!1 Te enrollas mogollón. Esto no se lo va a leer nadie con lo largo que es!!!!!! Ja, ja, ja,ja, Hasta la próxima chicos y no os perdáis el tercer capítulo que promete con Sergio como narrador protagonista de la historia Los Crespo-Julián contraatacan de nuevo.
Hasta la próxima!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-Sergio, mal empiezas. Te has olvidado los resultados. Ya los digo yo:
SERGIO IBÁÑEZ, SUBCAMPEÓN DE ESPAÑA ABSOLUTO
JORGE CRESPO, CAMPEÓN DE ESPAÑA INFANTIL
SERGIO CRESPO, SUBCAMPEÓN DE ESPAÑA INFANTIL
JUDO CLUB ZARAGOZA, TRES DE TRES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!